Ya pasada de setenta y encorvada por los años camina la
doña.
Lleva rumbo de la iglesia. Cuelga en su mano el rosario
ye en los labios, la plegaria que repite día a día:
--"Ayúdame Ña María en estos últimos
años!"--
El ayer atrás quedó y el sueño aquél en la
piel se le arrugó,
y va pasando Manuela, y hoy, cuán doloroso es su penar.
Pasa, vestida de negro. Yo la contemlo en silencio
y pienso en las cosas que aún espero.
Y al escuchar su plegiaria, por dentro sentí algo extraño.
--"Ayúdame Ña María en estos últimos
años!"--
Coro: Ayúdame Ña
María en estos últimos años!--
"Carmelo,
Después... (El Viejo DaSilva)"
(1978) R. Blades
--Qué viejo se ha puesto el sol!--; pensaba el viejo DaSilva,
recostado en su sillón, despierto y soñando a ratos.
Contemplando los recuerdos entre el humo del tabaco,
en su humilde habitación de mobiliario barato.
--"De Ramiro no sé nada; ni una carta he recibido, y
aunque sé que es el destino que todos los hijos partan
no sé cómo olvidan tantos sacrificios compartidos y se van
buscando caminos cuando el viejo no hace falta.
No hay cortesía o derecho para aquél que llega a viejo;
se nos trata desde lejos, con hipócrita respeto.
No me quieren dar trabajo y no me quiero mendigando.
Con el Seguro Social, pa' vivir de a vaina alcanzo y
entre éstas cuatro paredes presiento la muerte
llegando. (bis)
"Qué vieja que está la tarde!" -- pensaba el viejo
DaSilva,
mirando las golondrinas desde la banca del parque.
"--A veces pa' levantarme necesito que me ayuden,
y aunque avergonzado estuve, doy las gracias y camino,
y cuanto perro que me encuentro la quiere coger conmigo;
y cuanto perro me encuentro la quiere cojer conmigo.
Manuela, si tú vivieras, quizás tendría una
esperanza!
Manuela, si tú vivieras, quizás tendría una
esperanza, pero
estoy solo mi vieja! y ésta espera cansa;
es que estoy solo mi vieja y solo esperar cansa.
--"Qué vieja que está noche!" -- pensaba el viejo DaSilva,
y apretaba el viejo anillo que Manuela le dejara;
y apretaba el viejo anillo que Manuela le dejara.
Y alli mismo le encontraron, en auél sillón sentado,
Muerto!
entre el polvo y los recuerdos, mrariposas del pasado.
Y por mucho que trataron, su mano abrir no pudieron
(bis)
Dios te bendiga Carmelo; a Manuela y a los viejos. (bis)
"El Entierro"
(1969) R. Blades
El patrón negó el permiso y el día
más largo se hizo pa' Ramiro:
cuando llego, ya la tierra habia cumplido.
Se fue Carmelo DaSilva, de la misma forma absrda como
había venido.
Se fue, haciendo mil preguntas, sin encontrar las respuestas,
y Ramiro ante su tumba, luna y noche, sol y día. Escuchaba
voces tristes murmurar que lo sentían, sin él poder
entender
en el fondo qué decian;
la rabia no lo dejaba entender en el fondo qué sabían.
Y el cielo se resbaló sobre el camposanto;
la tarde se confundió con cemento blanco.
No supo por cuánto tiempo estuvo
llorando. (bis)
Antes de salir Ramiro del cemeterio
el enterrador y el cura fueron sonriendo. Dijeron:
--"Señor, disculpe, pero... quién paga este entierro?
Quién es el
que paga los chavos de la paléa ésta?--"
Dijeron: "Señor, disculpe; quién paga esta vaina?
quién paga éste
entierro?"--
La noche llegó de pronto, como huyendo.
Le fueron prendiendo huecos en el pueblo.
Ramiro durmió soñando con carros nuevos
Ramiro durmió soñando con senos viejos.
Coro:--Ay, Papá y mamá, si los Tuviera en vida,
Cuantas cosas
les dijera!... cuantas cosas cambiarían!